FISIOTERAPIA BARCELONA lE KINÉ
ELECTROESTIMULACION
Nuestros músculos se mueven por estímulos eléctricos
¿Qué es la Electroestimulación?
La electorestimulación es una técnica que se basa en la estimulación de los músculos usando estímulos externos mediante unos dispositivos o electrodos, que se enganchan en la piel, encima de los músculos que se desea estimular. Los impulsos del electroestimulardor imitan el potencial de acción proveniente del cerebro.
La electroestimulación, tiene sus usos en el tratamiento de lesiones como contracturas o tendinitis, en la prevención de lesiones, mediante programas específicos de masaje recuperador, por ejemplo y, también, en el ámbito del entrenamiento deportivo mediante programas específicos de refuerzo o potenciación muscular.
Desde sus orígenes hasta la actualidad ha evolucionado mucho siendo, actualmente, una herramienta avalada con muchos estudios científicos al respecto.
¿En qué consiste la electroestimulación neuromuscular?
La electroestimulación neuromuscular consiste en enviar una corriente eléctrica a través de los electrodos a los músculos seleccionados. Este estímulo eléctrico, proveniente del electroestimulador, desencadena un potencial de acción, de la misma forma que lo hace nuestro cerebro, que acaba generando la contracción de las fibras musculares sin necesidad de que intervenga activamente el sujeto. A nivel de Tratamiento de lesiones, en fisioterapia hablamos de Electroterapia. En algunas fases de tratamiento de lesiones, puede ser un muy buen acompañamiento o hasta la herramienta principal de tratamiento. Mientras una articulación está tan dañada que el dolor impide la ejecución de ningún movimiento, el ejercitar la musculatura para evitar la atrofia es indispensable. En fisioterapia lo utilizamos en patologías musculares tan comunes como: atrofia muscular, potenciación, contracturas, aumento de fuerza para mejorar la estabilidad articular, profilaxis de la trombosis, tratamiento del dolor, etc. Actualmente hay una multitud de programas en los pequeños electroestimuladores portátiles. Desde programas específicos de masaje antidolor, que ayudan a generar endorfinas, pasando por programas de mejora de la capilarización muscular para mejorar la oxigenación de los músculos, otros programas para evitar la atrofia muscular y, hasta programas más avanzados que buscan una mejora de la fuerza o la potencia muscular.
Qué ventajas nos aporta la electroestimulación en el campo del deporte?
En el terreno del deporte, la electroestimulación muscular hace décadas que se utiliza y la ciencia y la tecnología han avanzado muchísimo desarrollando programas específicos para la mejora de muchas capacidades físicas.
Algunos ejemplos de sus funciones pueden ser:
– La recuperación postesfuerzo: varios tipos de corriente que generan un masaje muscular que ayuda a mejorar el drenaje y circulación de la sangre. Esto permite oxigenar mejor las musculatura y eliminar más fácilmente los productos de desecho propios de la actividad muscular.
– Mejora de los niveles de fuerza: los programas específicos de fuerza favorecen la mejora de la fuerza explosiva o de la fuerza resistencia, entre otros aspectos. Las diferentes modulaciones de las corrientes permiten hacer énfasis sobre distintos tipos de fibras musculares.
– Trabajo de intensidades más altas sin la fatiga neuropsicológica asociada al trabajo voluntario. Al ser un estímulo externo que no implica una orden por parte del cerebro, éste consume mucho menos glucógeno (la actividad cerebral consume hasta un 20% de la energía de todo el cuerpo) y, por lo tanto, el proceso de recuperación es mucho más rápido.
– Mejora de la capilarización: las ondas eléctricas generan un masaje muscular que permite que muchos capilares se abran mejorando la irrigación alrededor de las fibras musculares. A los músculos les llegará más oxígeno mejorando su capacidad de trabajo y su posterior recuperación, evitando contracturas y otras dolencias.
– Aumento de la masa mitocondrial: las mitocondrias son un aspecto clave para la salud celular y la mejora del rendimiento deportivo.
Contraindicaciones
Las corrientes de baja frecuencia, a diferencia de las de media y alta frecuencia, presentan un número de contraindicaciones más limitado.
Es importante tener el consentimiento de un médico para evitar alguna de esas contraindicaciones. Sobretodo si se está en alguno de los casos que siguen:
Personas con marcapasos.
Personas con tumores y metástasis
Personas con trombosis, tromboflebitis y varices
Personas diabéticas y epilépticas
Personas con alteraciones de la sensibilidad * No utilizar en el seno carotídeo
No utilizar en personas con procesos hemorrágicos
No utilizar en estados febriles y/o infecciosos
No utilizar en el abdomen en mujeres embarazadas
No utilizar en personas hipersensibles o muy nerviosas
No utilizar en niños menores de 10 años.
Se han dado casos en los que después de sesiones de electroestimulación se ha producido rabdomiolisis. Esta es una enfermedad producida por la ruptura de las células musculares que provoca la liberación al torrente sanguíneo de varias sustancias. Entre ellas la creatina fosfoquinasa (CPK) y la mioglobina.
Si se sospecha de rabdomiolosis, se debe abandonar la práctica deportiva y consultar con un médico
Historia de la Electroestimulación
La electroestimulación hace muchos siglos que se utiliza.
Aunque la electricidad desde un punto de vista científico y de forma sistemática se utiliza desde relativamente un periodo de tiempo “reciente”, sus orígenes como terapia debemos situarlos en el antiguo Egipto, en la Edad Antigua, cuando se utilizaban algunos peces que generaban descargas eléctricas, en el tratamiento de algunas patologías.
A partir del s.XVIII, Luigi Galvany demostró con una rana, que si se le empleaba una corriente eléctrica en la médula, los músculos de la rana se movían. Este hecho permitió plantear la hipótesis de que el cuerpo humano genera impulsos eléctricos para hacer funcionar los músculos.
La Electroestimulación como la entendemos hoy en día, no empieza a utilizarse con cierta eficacia en el mundo del deporte, hasta mediados del siglo XX. En la década de los ’60 se utilizaban las “corrientes rusas”, que consistían en descargas de alta intensidad que se aplicaban a los deportistas rusos que tenían que competir